Los indígenas totorames ocuparon la faja costera al sur del Río Piaxtla y también se extendían por el territorio que hoy pertenece al estado de Nayarit. Su lengua era una variante del cora nayarita y, como casi todas las lenguas habladas en la región que estudiamos, pertenecía a la familia yuto-azteca.
Los totorames eran sedentarios. Sus principales asentamientos estaban en Aztatlán, Sentispac y Chametla, este último sobre el Río Baluarte y los dos primeros en territorio nayarita. Este Aztatlán es el mismo del que tomó su nombre el Complejo Aztatlán, al que ya nos referimos, pero esta cultura había dejado atrás su época de esplendor. Los totorames eran agricultores y cultivaban maíz, frijol, calabaza, chile y algodón. Consumían productos del mar como camarón, ostión y pescados; recolectaban sal de los depósitos naturales para su propio consumo y para el comercio con otros grupos. Cosechaban miel de colmenas silvestres y también las cultivaban. Elaboraban objetos de cerámica, tejían el algodón, labraban la concha y trabajaban el cuero de venado. Fueron diestros artesanos que fabricaban adornos de plumas, concha, perlas y caracoles.
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